Corría como nunca lo había hecho, miraba fríamente, sus ojos eran tan poderosos, como tristes, jamás sonreía, sólo te miraba, no pronunciaba palabras, sólo necesitaba estar sola, sólo necesitaba estar con ella, corría para escapar de las miradas que la acusaban de estar allí, de ser la culpable de su existencia.Vivía mientras el viento soplase, vivía cada vez que estaba sola, perdida, perdida en aquel lugar, su lugar… ella misma.
A ella nadie la quería, estaba sola, la dejaron sola, pero no la dejaron libre, estaba sola pero no era libre, estaba abandonada y solo cuando lo logro la observaron, pero ya era demasiado grande el esplendor de su mirada, su luz que se unía perfectamente con la oscuridad que sentía cada vez que la dejaban sola.
Cada día que corría, lo hacía mejor y más rápido, ya no eran necesarias las piernas, porque ya se encontraba muy lejos, la realidad ya no existía, su mundo era más real que todo lo que un día vivió, ahora era libre, pero la oscuridad de la soledad y el dolor, la asustaban, no la dejaban. Siempre se movía de un lugar a otro, aquí también escapaba pero de sus propios fantasmas, aquí se decidió a llorar, aquí se atrevió a llorar. Aquí no debía esconderse de los demás, aquí está sola, sin las miradas punzantes de los que la cuestionaban, no le importo llorar y así formo la fuente infinita que jamás estaba seca, que jamás dejaba de correr, al igual que ella, todas sus penas y alegrías las vivió en su mágico mundo donde no importaba nada más que ella, sólo estaba ella y no necesitaba nada mas…
Un día decidió no regresar a la realidad…
Se perdió en su mágico mundo, jamás se supo donde se encontraba.
Nadie jamás la busco y jamás será encontrada, porque se encuentra en cada corazón solitario que llora sin ser visto.
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